viernes, 29 de julio de 2011

Psycho Butterfly

Psycho Butterfly

Mis manos posadas en las caderas de mi amante, mientras lo penetraba con fuerza una y otra vez, esto se volvía tan monótono, mi cuerpo respondía a los estímulos de placer, pero mi mente se mantenía divagando por tierras lejanas, muy lejos de la realidad…

Mis ojos buscaron la libertad y se posaron en la ventana que dejaba entrar los rayos de la luna a la habitación, un paisaje perfecto, dos amantes iluminados con la inmensidad de la luna que se mostraba majestuosa a través de la ventana, pero aquella escena digna de un cuadro se vio manchada por una pequeña mancha que no dejaba de moverse en la esquina superior derecha del marco, una mariposa revoloteando con sus alas cubiertas de oscuridad, revoloteando y flotando, como  riéndose de mi…

Cerré los ojos con fuerza mientras me corría en el interior de Kaoru, estiré mi cuello inclinándolo hacia atrás y volví a enfocar mi vista hacia la ventana, pero aquella mariposa ya no estaba, ella volaba lejos, dejándome a solas, cayendo sobre el colchón ya sin poder dormir…




Cada noche ocurría lo mismo, yo teniendo sexo con Kaoru y aquella mariposa revoloteando en la ventana, ya se me hacía costumbre que después de terminar, me levantaba para tratar de alcanzarla, con mi cuerpo desnudo me quedaba junto a la ventana y estiraba mi mano en dirección a aquel ser que se alejaba, nunca lograba alcanzarla, por más que lo intentara, siempre ya estaba lejos, riéndose de mí, era ahí cuando volvía a la realidad y sentía los brazos de Kaoru rodear mi cintura, obligándome a volver a la cama, a lo que terminaba accediendo pues mi presa como todas las noches… había escapado.




Esta noche la pasaba solo, Kaoru se había excusado de que tenía asuntos pendientes y que por esta noche, solo por esta noche me dejaría libre. A pesar de que me encuentro recostado en mi confortable cama, no puedo dormir, aquellos recuerdos de aquella mariposa de oscuras alas, flotando y revoloteando, comienzan a tejer como una enredadera que crece alrededor de otras plantas, entrelazando mis pensamientos y logrando hacerme dormir, pero no viene hasta mí como es de costumbre, el  sonido del tic tac resuena en mis oídos, la mariposa que se aparece en mi mente justo antes de dormirme, aquella mariposa que vuela airosa, con sus alas cubiertas de oscuridad, ella se ríe de mí, balanceándose en el cielo vacío… se ríe de mi…




Mi cuerpo sobre el colchón, con Kaoru sobre mí, dándome una estocada tras otra, mi cuerpo rendido al placer, no hacía más que sucumbir antes sus caricias, una y otra vez sentía su cuerpo vibrar entre el mío y como ya me es de costumbre fijo mi mirada en la ventana, y allí como todas las noches, aquel ser alado revoloteando en mi ventana, flotando y cayendo, la mariposa nada en el aire, revoloteando… y se ríe de mí, ya no lo aguantaba más, separé a Kaoru de mi cuerpo y fui a atraparla, con un rápido movimiento alcé mi mano a través de la ventana abierta y la encerré entre mis dedos, asfixiándola, aplastándola… matándola y ahora yo reía de ella, por fin había dejado de reír, de burlarse de mí, pero es en ese entonces en que siento un frío metal tras de mí y un punzante dolor en mi espalda, un líquido que se comienza a bajar por mi cadera, mi glúteo, mi pierna hasta llegar finalmente al suelo, miro con horror a la persona tras de mí, Kaoru, el que pasa su brazo por mi cadera y me susurra al oído:

-       -     Ahora ya nadie más podrá ver tu cuerpo desnudo –hizo una pausa- Kyo… ¿acaso crees que no sé qué te exhibes a aquel sujeto en el edificio de al frente? Ayer fui a verle y dice que está encantado con tu figura.

Vi una sonrisa de satisfacción en su rostro, qué gran error de su parte, ni siquiera soy capaz de entender sus palabras, lo único que hago es abrir levemente mi mano dejando a la vista al cadáver de aquella mariposa de lustrosas alas cubiertas de oscuridad, se siente triste y corta a través de la oscuridad que tiene un color sombrío…

Flotando y cayendo
La mariposa nada en el aire… revoloteando
Pasa a través del otro lado de mis párpados y se solapa en el viento
Como si se estuviera riendo de mí…

Y así una vez en el piso y ya sin fuerzas ni para respirar termino por abrir mi mano liberando a aquel cuerpo de mis dedos, dejándolo caer a un lado cubriendo se aquel líquido carmesí, por fin esta noche… podré dormir.


Fin.

No hay comentarios:

Publicar un comentario